La amplitud de las instalaciones, la creación de grupos burbuja y la ventilación frecuente están siendo claves para evitar contagios

07 de diciembre de 2020. El hotel Alda Sada Marina es una de las ocho sedes seleccionadas por la Universidad internacional Menéndez Pelayo (UIMP) para impartir sus cursos intensivos de aprendizaje en inglés oral y oratoria. Esta formación, que también se está realizando en otros siete puntos de la geografía española, tiene una duración de una semana y consiste en 40 horas lectivas por grupo. Se impartirán hasta el 19 de diciembre y, en total, serán más de 3.400 los alumnos que se hayan beneficiado de los cursos organizados por la UIMP.

Desde el pasado 2 de noviembre, el establecimiento que la cadena Alda Hotels tiene en pleno paseo marítimo de Sada, da alojamiento y manutención a los alumnos de la UIMP que llegan para realizar sus cursos de inmersión lingüística. Tanto profesores como estudiantes valoran de forma positiva las ventajas que les suponen las instalaciones del hotel Alda Sada Marina, pues “las habitaciones son grandes y cómodas, el servicio de limpieza es estupendo y el servicio de comida espectacular. Muy agradecido”, concluye el alumno Adrián Planells. Además, se muestran muy contentos por el trato recibido, con “personal atento y un servicio de 10”, según palabras de la estudiante Raquel Espejo, a lo que el profesor de la UIMP John Sandivar añade que “los espacios proporcionados por el hotel son ideales para el seguro desarrollo del curso. Las aulas son amplias y tienen muy buena ventilación”.

Los grupos ya eran reducidos antes de la pandemia, pero la situación actual ha obligado a tomar medidas adicionales para evitar contagios. “Evitamos aglomeraciones mediante el uso de grupos burbuja, tenemos descansos en un horario diferente entre grupos, usamos gel hidroalcohólico cada vez que se entra en clase, mantenemos 1,5 metros de distancia entre personas, se toma la temperatura de todo el personal y alumnado varias veces al día, se desinfectan las sillas con regularidad y se establece al uso obligatorio de mascarilla, salvo en el comedor”, según resume el profesor Sandivar.

Para los alumnos también está suponiendo un reto adaptarse a la nueva situación y aseguran que los protocolos se han definido y comunicado de la mejor forma posible. “Al principio del curso, explicaron de manera muy correcta la necesidad de cumplir las normas recomendadas para evitar la propagación del virus. Creo que lo hicieron de una manera directa pero correcta, por lo que todo el alumnado se quedó con el mensaje”, indica la alumna Raquel Espejo. “Se han creado grupos burbuja que han funcionado a la perfección, ya que no ha habido contacto entre dichos grupos. En mi opinión, una correcta gestión para evitar contagios”, añade Adrián Planells.

El profesorado coincide en señalar que los estudiantes se acostumbran con facilidad a las nuevas normas que se requieren en la situación actual. “La gran mayoría se adapta bien a las medidas de prevención. A los que les cuesta un poco más se les recuerda lo que tienen que hacer y lo hacen sin problema”, señala el profesor Sandivar.

Por otro lado, el alumnado que ha pasado por el hotel Alda Sada Marina se está quedando muy satisfecho con el aprendizaje adquirido, ya que “la mejora del dominio del inglés es muy notable. El trato de los profesores ha sido inmejorable, tanto a nivel profesional como a nivel personal, consiguiendo un vínculo alumno-profesor muy bonito”, destaca Adrián Planells, mientras Raquel Espejo apunta que no solo le ha servido para aprender inglés, sino también para estar en contacto con otras culturas. “Al venir personas de diferentes partes de España, te enriqueces mucho culturalmente. Además, hay diferentes profesores de diferentes nacionalidades, lo cual ayuda mucho a aprender desde diferentes perspectivas”.

Además de las horas dedicadas al estudio de la lengua inglesa, los alumnos también han tenido la oportunidad de visitar Sada con rutas organizadas por la Universidad, destacando el encanto de un pueblo “muy acogedor”, en palabras de Adrián, y resaltando que “las personas allí son muy hospitalarias, es un lugar encantador”, según Raquel.